El deseo de hacer este curso va a conseguir que no vea el bosque. Pero en realidad sí lo veo. No sólo el deseo sino el propio curso ha sido emocionante porque me ha proporcionado más allá del propio material, la posibilidad conversa de reflexionar abiertamente sobre la nutrición y el comer, y distinguir ambos conceptos como distintos. Por eso, ahora sabemos que cuando nos sentamos a la mesa en asaz celebrativo común estamos comiendo y hasta opíparamente. Podríamos nutrirnos sin más pero es el seguidismo de las normas protocolarias y sociales el que nos obliga a la comida. Nutrirnos no nos obliga a sentarnos a la mesa ni a seguir un protocolo ni a cocinar los alimentos ni a comer carne o pescado pero sí a valorar el plato de una manera alimenticia.
En fin, es lo que buscaba y por eso el curso me ha gustado en su entramado.
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